Lo dijo en marzo de este 2024 Julián Colmeneres Riera, secretario de organización de Yaritagua en el estado Yaracuy. Aferrado al libro «Mueran los golpistas» y mirando fijamente a la cámara del equipo de prensa de Morales Bello:
«Un saludo a la familia del doctor Morales Bello (…) con quien me unió gran amistad. En el año de 1971, tuve la oportunidad de conocerle personalmente en un foro que vino a dictar aquí en Yaracuy y nos hicimos amigos a partir de ese momento. Ese foro se dictó en la casa sindical de FetraYaracuy. Luego tuvimos ese afecto y constantemente él me enviaba libros y folletos para la campaña de CAP. Formé parte del comando de campaña de David Morales Bello cuando hubo varias candidaturas (presidenciales) y siendo consecuente con él, formé parte del comando de campaña del cual me siento orgulloso».
Julián no se detiene. Habla sin vacilaciones. Sin equívocos:
«El Partido luego me trasladó a Barinas (…) y en la campaña de Luis Piñerúa Ordaz, él (Morales Bello) me asignó un vehìculo y vino a nombre de Davod Morales Bello.Y le dijo a Rosales Peña, que era el secretario general de Barinas: este vehículo va asignado para el compañero Julián Colmenares».
De pronto Julián se tocó el pecho. Conmovido hasta las lágrimas, alcanzó a decir para finalizar:
«Lo llevo muy dentro, y me quiebra…». Se apagó la cámara. No podía grabarse más. ¿Qué más se le podía pedir a alguien como Julián Colmenares, uno de los miles de amigos entrañables de Morales Bello?
Ese era David Morales Bello. El hombre que dejó una huella imborrable entre quienes lo conocieron.